Una mejor organización del trabajo y la reducción de las interrupciones, claves para aumentar la productividad

Publicado el por Gontzal Sáenz (autor)

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  •  La cuarta edición de EmprenDay de Ideateca ha contado con la participación de Miguel Sánchez y Javier Eguiluz que han hablado sobre cómo optimizar las horas de nuestra jornada laboral
  • Ambos tecnólogos son autores del libro sobre productividad ‘Horas extra para tu vida, no para tu trabajo’, dirigido a profesionales del ámbito TIC y que está ya en su tercera edición
  • Miguel Sánchez y  Javier Eguiluz han explicado métodos, trucos y herramientas que mejoran la productividad en las empresas

 La aceleradora de proyectos tecnológicos y desarrollos web Ideateca ha celebrado la cuarta jornada de EmprenDay, una iniciativa donde se exponen experiencias didácticas para emprendedores. Los ponentes en esta sesión han sido los expertos en TIC, Miguel Sánchez y Javier Eguíluz, que han ofrecido técnicas y recursos para aumentar la productividad laboral, sobre todo entre las firmas tecnológicas.

Se acaba de celebrar en la capital vizcaína el cuarto encuentro EmprenDay, una iniciativa puesta en marcha por la aceleradora de proyectos tecnológicos Ideateca. Con estas sesiones se pretende trasladar a los emprendedores buenas prácticas y advertirles sobre los diferentes riesgos para poner en marcha sus proyectos empresariales.

Los invitados de esta nueva edición de EmprenDay de Ideateca han sido Miguel Sánchez y Javier Eguiluz formadores especializados en nuevas tecnologías. Ambos son autores del curso de  productividad laboral ‘Horas extra para tu vida, no para tu trabajo’, del cual se ha editado un libro de gran éxito con el mismo título, que con tres ediciones desde su lanzamiento en 2010, es uno de los más vendidos en España en la mejora de la productividad laboral.

Ambos expertos han explicado sencillos métodos y trucos para optimizar la jornada laboral, con resultados inmediatos para las organizaciones, sobre todo aquellas dirigidas a proyectos TIC. “No son soluciones mágicas; lo único que se requiere es asumir el esfuerzo de pequeños cambios en nuestra forma de trabajar y de acceder a la tecnología”, explica Miguel Sánchez.

En su opinión, para evitar fugas de productividad “es esencial” una mejor organización del trabajo, con herramientas que monitoricen toda actividad laboral (ha puesto como ejemplo las herramienta gratuita RescueTime, que permite medir objetivamente a qué se dedica el tiempo que pasa un trabajador delante del ordenador).

Ha hablado de fórmulas que optimizan la jornada laboral. Es el caso de metodologías como GTD, así como la técnica Pomodoro, que consiste en períodos de 25 minutos continuados de trabajo concentrado en una única tarea seguidos de pequeños descansos de cinco minutos de duración.

Evitar las distracciones

Precisamente, Javier Eguiluz ha hecho hincapié en evitar las distracciones y minimizar las interrupciones que supone la utilización continuada de herramientas como el e-mail o las comunicaciones telefónicas, “la más horrible de las distracciones en el trabajo”. Este responsable advertía de que “tan solo perdiendo diez minutos al día, se llegan a perder 38 horas al cabo del año, toda una semana laboral. Multiplicado por todos los trabajadores de una empresa, supone una fuga importante de productividad”.

Por su parte, Miguel Sánchez destacaba la importancia de lograr un entorno de trabajo ideal: horas de  descanso suficientes, un desayuno adecuado, “que es la comida más importante del día”. Hacía hincapié también en la inversión en mobiliario de oficina ergonómico, “que evita muchos problemas de salud”.

Eguiluz recomendaba aplicaciones como simplynoise.com, que generan un ruido de fondo blanco que mitiga el ruido ambiental en entornos ruidosos. Por último, enfatizaba la necesidad de tender hacia la conciliación en la vida laboral, “ya que no se trata de meter más horas que nadie, sino de trabajar mejor y más eficazmente; el tiempo de ocio y la familia es lo más valioso para un emprendedor”.

Otro punto analizado hace referencia a la necesidad de compartir las agendas de reuniones con antelación, o bien de determinar con antelación la hora de finalización de las mismas o castigar a los impuntuales a las mismas con tareas poco gratificantes como escribir los resúmenes o recoger los elementos utilizados para la ocasión.

Por último, Miguel Sánchez explicaba la necesidad de utilizar las nuevas tecnologías, que permiten simplificar o automatizar tareas repetitivas. Ponía como ejemplo la función de reconocimiento de voz en móviles y ordenadores para dictar mensajes o correos, o bien la utilización correcta del correo electrónico, “que nos puede ayudar mucho en la mejora de la productividad”.