Acero Sostenible. Política e Indicadores 2016 Sostenibilidad de la Industria Siderúrgica Española

Publicado el por N.B // REDACCIÓN (autor)

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  • El sector invirtió 301 millones de euros en innovación
  • Emplea más de 60.000 personas y distribuye retribuciones salariales por valor de 1.500 millones de euros
  • El valor económico generado y distribuido alcanza los  11.200 millones de euros
  • La inversión en formación ascendió a 25 millones de euros
  • 75% de acero fabricado en España es reciclado
  • 97% de los subproductos de la industria siderúrgica son reciclables
  • La tasa de frecuencia de accidentes del sector es menos de la mitad de la media nacional

UNESID presentó el pasado día 2 de junio su publicación sobre el Sostenibilidad de la industria siderúrgica Española, 2016, con datos cerrados del pasado ejercicio, en la que se muestran los indicadores económicos, sociales y medioambientales. La publicación transmite el compromiso del sector siderúrgico con la sostenibilidad, entendida como la preocupación por crear valor económico, medioambiental y social a corto y largo plazo, contribuyendo al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras. Con esta iniciativa, la asociación pretende contribuir a una mayor transparencia del sector para que la sociedad conozca y entienda cuáles son las aportaciones de la industria del acero en todos los ámbitos de la sostenibilidad.

Andrés Barceló, director general de UNESID, señaló en la presentación que “analizar la sostenibilidad de un sector es analizar la de los productos que pone en el mercado. Cuando adquirimos un producto importado, importamos también su impacto económico, social y ambiental. En el momento actual, las empresas chinas están inundando los mercados europeos con materiales a precios de derribo, lo que pone en riesgo miles de puestos de trabajo de la industria europea. La situación genera un efecto perverso: importamos CO2 de China y les exportamos empleo, eso sin citar el impacto ambiental en sus lugares de producción o las condiciones laborales que en cierta forma favorecemos. Si la UE concede a China el estatus de economía de mercado, será imposible aplicar los instrumentos de defensa comercial contra sus importaciones desleales.”

La publicación de UNESID se articula, además, como una herramienta de auto diagnóstico que permite evaluar el comportamiento y evolución del sector y establecer objetivos y metas para futuros ejercicios. Cumplir los tres objetivos de sostenibilidad en lo económico, social y ambiental contribuye a generar más confianza en la industria siderúrgica española y en el esfuerzo que realiza por lograr un desarrollo sostenible que continúe aportando riqueza y bienestar al país.

Así, el contenido se estructura en los tres pilares fundamentales de la sostenibilidad, los tres objetivos fundamentales para lograr el desarrollo sostenible. En el económico, analiza la capacidad para contribuir al desarrollo de la economía y al crecimiento a todos los niveles;  en el social traslada los principios básicos sectoriales de preocupación por los trabajadores, sus condiciones de trabajo y su seguridad, y por el resto de sus grupos de interés, proveedores, clientes, comunidades locales en las que está presente, y la sociedad en general. Y el ambiental manifiesta su empeño en lograr la mayor compatibilidad entre la actividad social de las empresas y la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas, siendo sin duda un tercer pilar necesario para que los otros dos sean estables.  

INDICADORES ECONÓMICOS

Los indicadores económicos proporcionan un esbozo de lo que supone la contribución económica a la sociedad. En 2015, la industria siderúrgica española invirtió 301 millones de euros en nuevos procesos y productos más innovadores y más sostenibles, desde el principio sectorial de que la inversión en innovación es vital para el futuro del sector.  

El valor económico generado y distribuido por el sector se ha calculado basado en la metodología GRI (Global Reporting Initiative) e incluye costes de explotación, retribución a empleados, donaciones y otras inversiones en la comunidad, beneficios no distribuidos y pagos a proveedores de capital e impuestos. En total, en 2015, esta cifra ascendió a 11.187 millones de euros.

Otro dato importante es el que hace referencia al número de personas que trabajan en esta industria. El sector emplea a unas 60.000 personas y distribuye unas retribuciones salariales por importe de 1.460 millones de euros.

INDICADORES SOCIALES

En el terreno socioeconómico, los indicadores sociales, evidencian que las empresas siderúrgicas están fuertemente arraigadas y colaboran estrechamente con sus comunidades locales, invirtiendo, generando empleo estable y contribuyendo al bienestar social. Se trata de industrias fuertemente vinculadas a las localidades en las que se implantan, realmente forman parte de la comunidad en la que se integran contribuyendo a su desarrollo. Los núcleos urbanos próximos a instalaciones de la industria siderúrgica ven crecer su actividad económica y su tejido industrial y ello atrae y mantiene la población.

Lo que afecte a la industria, afecta a la localidad en la que desarrolla su actividad. Por ello es fundamental defender a la industria siderúrgica local frente a las importaciones de países que, como China, inundan los mercados europeos con materiales a precios de derribo que han sido fabricados con normas medioambientales que nada tienen que ver con las nuestras.

Otro capítulo interesante en el terreno social es la fuerte inversión en formación, que ascendió a 25 millones de euros el año pasado, representando una media de unas 29 horas formativas al año por trabajador del sector.

INDICADORES AMBIENTALES

En cuanto a los indicadores ambientales, la industria siderúrgica es la campeona del reciclaje y, posiblemente, el mejor ejemplo de la verdadera economía circular.

El 75% de acero fabricado en España se hace a partir de chatarra, lo que supone un considerable ahorro de recursos naturales y de energía consumida a la hora de producir el nuevo acero.

La diferencia entre utilizar un tipo de material u otro se evidencia en estudios de análisis de ciclo de vida que determinan que para construir, por ejemplo, una casa de madera, tendríamos que consumir 40 árboles, mientras que para hacer la estructura de una vivienda de acero de 180 m2 nos bastaría utilizar el acero recuperado de 4 coches.

En la actualidad, el 97% de los subproductos de la industria siderúrgica pueden reciclarse, pero para lograrlo es preciso conseguir que se eliminen las trabas administrativas existentes. Si esto ocurriese todos los subproductos siderúrgicos serían efectivamente reciclados.

Y una cuestión clave de la que el sector puede enorgullecerse igualmente es el figurar a la cabeza de la industria siderúrgica, no solo de la Unión Europea sino mundial, en reutilización del agua consumida en el proceso industrial. Recuperamos el 100% del agua que utilizamos.

Estas cifras demuestran el firme compromiso del sector siderúrgico con la economía circular.

COMPROMISO SECTORIAL

El compromiso de las empresas siderúrgicas españolas con el desarrollo sostenible, la responsabilidad social y la transparencia es total y, además, ha ido creciendo rápida y sólidamente.

Hoy el 82% del acero producido se fabrica en empresas que editan memorias de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Pero además, el 60% de las empresas del sector ha firmado el Pacto Mundial de Naciones Unidas, cuyo fin es promover el diálogo social que permita conciliar los intereses de las empresas con los valores y demandas de la sociedad civil. El 40% de la producción siderúrgica española dispone del distintivo de responsabilidad social empresarial, Sostenibilidad Siderúrgica.

Los proyectos de la ONU, los planteamientos de sindicatos y ONG´s, etc. sobre la base de 10 principios en áreas relacionadas con los derechos humanos, el trabajo, el medio ambiente y la corrupción.

La publicación presenta, además, ejemplos sobre acciones solidarias que llevan a cabo empresas siderúrgicas en su entorno más directo que evidencian que existe una verdadera contribución a las comunidades locales más allá de la propia riqueza y empleo generados y una constante preocupación por realizar, además, aportaciones económicas efectivas y desinteresadas a proyectos que generan bienestar en el entorno más directo. Se incluyen ejemplos que van desde recuperación de espacios degradados, apoyo a organizaciones que promueven la integración social… hasta el fomento de actividades culturales y deportivas, etc.

La publicación realiza un análisis de indicadores que muestran una imagen lo más certera posible del comportamiento de la industria del acero. Se han analizado, dentro de la metodología GRI, aquellos indicadores que representan mejor la actividad dentro del ámbito de la sostenibilidad, con datos de los últimos 3 años para alcanzar el doble objetivo de proporcionar una visión mejor de la evolución, logrando una mayor transparencia y confianza y también realizar una autoevaluación para poder analizar en que ámbitos podría mejorarse.

De los datos cabe destacar la disminución del índice de frecuencia de accidentes, de 17 en 2013 a 12 en 2015, menos de la mitad del conjunto de la industria española. Así como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la intensidad energética, fruto de las importantes inversiones realizadas en la eficiencia energética. Como ejemplo, en 2013 necesitábamos unos 25 minutos de funcionamiento de una torre eólica de 2 MW para producir 1 tonelada de acero, ahora se está logrando que se realice en unos 20 minutos.

La publicación incluye declaraciones de los primeros ejecutivos del sector que trasladan sus mensajes sobre su política empresarial encaminada a mejorar su compromiso con la responsabilidad social y la sostenibilidad.