LIBRO DE LA SEMANA: Disparadores

Publicado el por N.B. / Santiago Torre (autor)

 (photo: )

SINOPSIS

.

En este nuevo libro, Goldsmith toca el tema de los disparadores, es decir esas cosas que hacen que reacciones de determinada forma ante ciertos estímulos o situaciones a los que nos enfrentamos.

El autor argumenta que nuestras reacciones no se producen en el vacío y que normalmente forman parte de un entorno sobre el cual no siempre somos conscientes. Cuando queremos modificar alguna conducta o situación, necesitamos contar con los disparadores psicológicos adecuados que nos permitan primero cambiar la conducta y luego sostenerla en el tiempo. 

Para ello el autor no sólo brinda consejos, ejemplos y anécdotas de lo que le ha servido a otras personas, sino que brinda herramientas útiles para que cualquier persona pueda hacer un seguimiento de cuáles son las conductas que quiere cambiar y pueda evaluarse a sí mismo haciendo un seguimiento del grado de cumplimiento de su meta. 

 

COMENTARIO PERSONAL 

Un buen libro de Marshall Goldsmith. Muy bien estructurado y con contenido de gran valor. Es denso y hay que leerlo un par de veces. La primera para coger el concepto, la segunda para resumirlo y entenderlo. Para evitarte la segunda parte tienes el resumen que adjunto.

 

El autor divide el libro en 4 partes:

1)      ¿Por qué no nos convertimos en la persona que queremos ser?

2)      Intentar el cambio

3)      Dotar de estructura al cambio

4)      Olvidar los remordimientos. No cambiar es mucho peor

 

¿Por qué no nos convertimos en la persona que queremos ser?

El autor dice que fundamentalmente porque cambiar de conducta es muy difícil y que el primero que tenemos que quererlo es uno mismo. No podremos cambiar si no estamos comprometidos con ello.

La conducta es influida por disparadores que pueden ser internos o externos. Intentar cambiar sin modificar esos disparadores es lo que nos lleva al fracaso. 

El entorno es uno de los disparadores más importantes. Para poder cambiar debemos comprender que un enemigo hostil para el cambio. Si estamos así es debido, en alguna medida al mismo y debemos actuar sobre él. Tenemos dos opciones o cambiamos el entorno o él nos cambia a nosotros. Para convertirnos en la persona que queremos ser debemos controlar el entorno, que es situacional y adaptarlo al cambio que queremos provocar.

 

Tenemos que conocer los disparadores que nos hacen actuar de un modo u otro. Estos son estímulos que afectan a nuestra conducta. Pueden ser:           

-          Directos o Indirectos. Ves una pelota en la carretera y frenas, puede haber un niño detrás o ves una foto antigua y recuerdas que tienes que llamar a tu hermana.

-          Interno o Externo. Vienen de nuestra cabeza o del entorno

-          Consciente o inconsciente.

-          Previsible o inesperado

-          Alentador o desalentador

-          Beneficioso o perjudicial

 

Podemos actuar a diferentes niveles: antecedentes, conducta o consecuencia.

El autor indica que somos grandes planificadores, pero malos realizadores, por lo que cambiar tiene que estar mucho más centrado en hacer que en planificar.

 

El cambio conductual pasa por: 

-          Crear. Tenemos que imaginarnos un yo diferente. Qué queremos realmente.

-          Preservar. Hay que saber qué funciona y no abandonarlo.

-          Eliminar. Quitar aquello que no nos hace avanzar hacia donde queremos.

-          Aceptar. Aquellas realidades que no podemos cambiar. Por ejemplo, que el cambio no se da de un día para otro o que nunca seremos excepcionales en algo.

 

Intentar el cambio

Hay una serie de “gestos mágicos” que provocan cambios importantes. Una es pedir disculpas, otra es pedir ayuda. El tercero es el optimismo. El optimismo hace que los demás se sientan atraídos por ti, desencadenan una conducta positiva. El cuarto es contigo mismo y es un disparador de nuestra conducta: realizarte preguntas activas. 

Estamos acostumbrados a realizar preguntas pasivas que suelen hacer situarse a las personas en posiciones defensivas. Por ejemplo, decimos: “¿tienes objetivos claros’”. Hay quien te responde “mi jefe cambia de idea cada semana” o “la situación de mi empresa obliga a improvisar”. Ponen el foco de la culpa en otros o en las circunstancias.

Tenemos que cambiar a preguntas activas, que ponen la responsabilidad en nosotros: “¿has hecho todo lo posible por tener objetivos claros?”.

La pregunta pasiva habla de resultados, la activa de conducta.

 

Preguntas Pasivas

Preguntas activas

¿Cuán Feliz has sido hoy?

¿Has hecho todo lo posible por ser feliz?

¿Ha tenido sentido tu jornada?

¿Has hecho todo lo que has podido por dar sentido a tu jornada?

¿Cuán positivas han sido tus relaciones con los demás?

¿Has hecho todo lo posible por mejorar tus acciones con los demás?

¿Cuán comprometido estabas?

¿Has hecho todo lo que has podido para estar completamente comprometido?

 

Si quieres cambiar el autor propone que te hagas un cuadro de preguntas que te contestes todos los días y además cuantifiques cuanto esfuerzo has realizado. No es lo mismos contestar sí o no que medir el esfuerzo.

Las preguntas diarias mejoran nuestra implicación y nuestro compromiso en el proceso. Podemos hacérnoslas nosotros mismos o podemos acordar con alguien que nos haga seguimiento todos los días. Se trata de realizar un contrato que vamos a cumplir.

Las preguntas diarias se tienen que centrar en aquellos aspectos en que necesitamos ayuda, no en los que no tenemos problemas.

Tenemos que fijarnos tanto en la autodisciplina como en el autocontrol. Se suelen poner como sinónimos, pero no lo son: la autodisciplina se fija en realizar una conducta deseable mientras que el auto control se base en evitar una conducta no deseable. Hay a quien se le da mejor una u otra. Tenemos que conocernos y hacernos las preguntas del modo que más nos ayude.

 

Hay una serie de conceptos que no debemos de olvidar para el cambio:

  1. El cambio de conducta puede ser de un día para otro, la transformación es un proceso lento. El cambio implica esfuerzo, una vez transformados este prácticamente desaparece.
  2. El éxito se alcanza por la suma de todos los pequeños esfuerzos que repetimos cada día.
  3. Solo si hacemos un esfuerzo mejoraremos.
  4. Solo si hacemos un esfuerzo continuado, repetido y constante nos transformaremos.

 

Dotar de estructura al cambio

No podemos mejorar sin una estructura clara, unos parámetros en los que nos movamos. La estructura tiene que ser clara y debe de tener en cuenta parámetros internos (tú mismo) y externos (el entorno).

Si tenemos la estructura suficiente no necesitamos tanta disciplina, la estructura trabaja en su lugar. Un ejemplo es la caja de pastillas de 7 días. Otro es tener una lista preparada de las entradas que vas a realizar en redes sociales en el mes y cada día entras y programas las que necesitas. Esa estructura te hace mucho más sencillo cumplir cada día. Otro ejemplo más es meter un nuevo hábito dentro de una rutina de ellos.

Cuando tenemos que luchar con algo que nos consume en el día a día es muy bueno pararnos a contestar las preguntas cada hora. Si sabemos que fallamos en algo podemos pedir a nuestro móvil que suene cada hora y nos recuerde que nos hagamos la preguntas. De este modo seremos muchos más conscientes de nuestra conducta. Pone el ejemplo de una persona que tenía que estar todo el día con una pareja que no soportaba y para evitar dar una mala respuesta quería preguntarse cada hora si estaba haciendo todo lo posible por no discutir. Puede ser lo mismo para controlar el apetito o las ganas de fumar.

 

Olvidar los remordimientos. No cambiar es mucho peor

La vida es cambio, no podemos vivir una sin cambiar. ¿Te imaginas un restaurante que nunca variara su menú? Seguramente nos reiríamos de su dueño, sin embargo, nosotros nos resistimos a cambiar.

Nadie nos puede decir qué debemos cambiar, tenemos que ser nosotros mismos los que lo elijamos y seguir los pasos que hemos explicado en este libro. 

En resumen, un libro que realmente merece la pena leer y poner en práctica. Un muy buen libro, aunque es de los que requiere concentración, tomar notas y entender 

 

Sigue a Santiago Torre en su Twitter y Blog:

@SantiagoTorre