Logros y barreras de la innovación social digital

Publicado el por SPRI (autor)

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Estas soluciones se extienden en Europa como respuesta a los retos sociales.

La innovación social digital son aquellos proyectos impulsados por personas, comunidades u organizaciones que utilizan las tecnologías digitales para crear soluciones que respondan a necesidades sociales, alcanzando una escala que habría sido imposible antes de Internet. Esta es la definición que propone la iniciativa Digital Social Innovation, una investigación que ha identificado y mapeado los proyectos de este tipo a nivel europeo.

Estas soluciones, que pueden tomar forma de aplicaciones móviles, plataformas, redes sociales o comunidades, responden a una serie de tendencias propias de la era digital, como son la apertura de datos, el hardware open source y el conocimiento abierto. Junto con la democratización de las herramientas, estos principios han permitido el empoderamiento ciudadano en ámbitos como la participación, la educación y el acceso a conocimientos, la gestión de la salud o la transparencia política.

El proyecto DSI está liderado por la agencia británica Nesta con la colaboración de la fundación holandesa Waag Society y Supsi, en la República Checa, y cuenta con el apoyo de la Unión Europea dentro del programa Horizon 2020. Dentro de la iniciativa, que arrancó en 2014, se ha creado un mapa interactivo online para mostrar los proyectos identificados a nivel europeo, así como un estudio que analiza las características principales de este tipo de innovación social.

Tal y como recoge el informe, estas soluciones se han extendido especialmente al ámbito de la democracia, la salud, la integración de personas migrantes y refugiadas, así como la protección del medio ambiente. En el caso de la participación democrática, por ejemplo, han emergido multitud de plataformas que permiten a la ciudadanía elaborar propuestas y que otorgan mayor transparencia a la acción política. En el campo de la salud, el hardware abierto y el movimiento maker han facilitado la creación de soluciones personalizadas de bajo coste para personas con diversidad funcional, entre otras muchas soluciones. En cuanto a la crisis de refugiados, si bien las instituciones europeas no han sabido responder, sí lo han hecho multitud de colectivos ciudadanos, creando aplicaciones de ayuda para aprender el idioma, plataformas para la reunificación familiar o mapas con los servicios socio sanitarios disponibles.

El informe recoge también las barreras que afrontan este tipo de soluciones para escalar y obtener un mayor impacto. Las principales son el acceso a la financiación y a las capacidades necesarias, aunque también un ecosistema fragmentado y un uso limitado de este tipo de soluciones por parte del sector público y de las organizaciones civiles más consolidadas. En gran medida, según el estudio, se debe a la falta de comprensión acerca del potencial que tienen estas herramientas, así como a la ausencia de fórmulas para medir su impacto.