Colaboración Necesaria

Publicado el por N.B. / Marta Mtz. Arellano (autor)

Localizacion(es): Pamplona

 (photo: Marta Martinez Arellano)

Recientemente, fui invitada a participar en unas jornadas de reflexión sobre la creación de nuevos productos y servicios dentro del Cluster Agroalimentario de Navarra.

En Navarra el sector agroalimentario aporta cerca del 16 % del PIB industrial y emplea a más de 12.000 personas. Por ponerlo en contexto y para quien no nos conozca, debo decir que Navarra tiene una población total de poco más de 640,000 habitantes, es la segunda región europea en generación de energía limpia, y su riqueza vegetal es sólo comparable con su placer por la gastronomía.


Los de Navarra, somos muy “de Navarra”, con un índice de raigambre local muy elevado, los navarros somos de aquí y lo llevamos con orgullo allí donde nos encontremos, pero siempre en vocinglero silencio… Nuestra huerta es más variada que muchas otras de Europa, y la cuidamos con elesmero de quien sabe que es  pequeña y tiene que producir mucho. Nos enorgullecemos de nuestros productos que regalamos a manos llenas a los amigos, y nos cuesta como si nos arrancasen una costilla cobrar esas delicias que valen su peso en oro.


Hay en Navarra productores internacionales que han sabido ver la laboriosidad de nuestro pueblo y el placer que aquí prodigamos a las cosas bien hechas, y sin embargo, no nos ponemos la etiqueta de “producido aquí”. Tenemos vinos muy arriba en la escala Peñín, y
aún así no somos capaces de quitarnos de encima a la insidiosa Rioja.

Y cuando nos ponemos a pensar juntos a ver por qué nos pasan estas cosas, llegamos a la conclusión de que en Navarra nos vendemos fatal. Y yo, que acudo a las mesas sectoriales desde la perspectiva de quien contempla los mercados desde un observatorio privilegiado, por moverme en mercados internacionales y participar en distintos sectores, llego a la conclusión de que por mucho que hablen entre sí no se están diciendo las cosas, de que cuesta mucho que las empresas se embarquen en proyectos comunes, porque siempre le andamos mirando el beneficio particular en plazos más o menos cortos, porque las grandes no tienen claro que su dimensión les impone mayor responsabilidad a la hora de crear mayor riqueza para el entorno, porque las pequeñas se miran unas a otras y no se expresan con la confianza de que todos tenemos que remar juntos para llegar a algún sitio.


Y sigo participando en mesas sectoriales, con profesionales expertos que conocen a la perfección su sector, y sigo aprendiendo cada día, convencida de que a lo mejor hoy todavía no lo hemos conseguido, pero segura de que en un plazo más o menos breve seremos capaces
de impulsar, desde las empresas iniciativas colaborativas a las que gustosas se habrán de sumar las instituciones para la creación de un Valor diferencial a través de la superación de esa desconfianza y ese recelo…


Marta es autora de “101 cagadas
en internacionalización de PYMES”
www.irare.es