EL MEDIADOR, ¿PROFESIÓN DEL FUTURO?

Publicado el por Naia Díez (autor)

 (photo: )
  • A causa de las Tasas Judiciales y la crisis los procesos judiciales han descendido de manera notable, por lo que el Colegio de Economistas, junto con otros colectivos, apuestan por la mediación, una solución más rápida y económica.
  • Como la legislación obliga a incluir la figura del mediador, el Colegio está formando a sus expertos para que puedan dedicarse de manera profesional a la mediación.

Uno de los socios de una empresa quiere abandonar el cargo pero se niega a cumplir lo establecido en las cláusulas. Otro quiere demandarle, pero un juicio es un proceso largo y caro, que, además, puede dañar la imagen de la empresa. ¿Qué solución queda? Desde el Colegio Vasco de Economistas lo tienen claro: “hay que acudir a un mediador para que ayude a llegar a un acuerdo que beneficie a todas las partes, evitando así el largo y caro proceso judicial”.

A lo largo del mes de febrero el Colegio Vasco de Economistas ha organizado un curso formativo para formar a economistas y gente del mundo empresarial en mediación, una profesión que en un futuro cercano podría tener muchas salidas y muy buen calado en la sociedad.

Tal y como define Iñigo Ocariz, presidente del Colegio Vasco de Economistas, la mediación consiste en un procedimiento “para la resolución consensuada de conflictos, que cuenta con un profesional experto de carácter imparcial que ayuda a ambas partes a llegar a un acuerdo”. “El mediador no es ni un juez ni un árbitro, lo que busca es favorecer la comunicación entre las partes implicadas para que sean ellos mismos lo que lleguen a un acuerdo en el conflicto, de manera que ambas queden satisfechas”.

Ocariz es también presidente del Comité de Resolución Consensuada de Conflictos de la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bilbao, un comité que aúna a arquitectos, abogados, ingenieros, economistas y profesionales del mundo de la empresa que busca impulsar esta figura, que gracias a su forma de actuar, “acelera tiempos y es mucho más económico para las partes implicadas”, informa el presidente.

Desde marzo de 2012 la legislación española  incluye la figura del mediador, una obligación que viene marcada por la legislación europea. Si bien en el Estado la mediación es algo novedoso, en otros países, “están mucho más adelantados”, explica Iñigo Ocariz. Como ejemplo, las instituciones más representativas del Reino Unido llevan 15 años de experiencia y realizan una media de 140.000 mediaciones anuales, con un porcentaje de éxito del 90%. Es por ello que son muchas las comunidades que están llevando a cabo el curso de mediador para formar a profesionales para que en un futuro cercano puedan dedicarse a este ámbito. “En Euskadi hemos cubierto las expectativas”, asegura el presidente del Colegio, ya que ha sido mucha la gente que ha mostrado interés por formarse.

Las ventajas de la mediación frente a una demanda judicial son varias, pero sobre todo, desde el Colegio de Economistas destacan que ambas partes acaban satisfechas, “en muchas ocasiones los problemas entre dos personas pueden venir de antes o de carácter personal, una sentencia sólo daría la razón a una de las partes pero un mediador ayudaría a solucionar todos los asuntos pendientes, por lo que todas las partes se benefician de la solución y el arreglo es más duradero”. Por otro lado, el proceso es mucho más corto, “en unas semanas se podría solucionar el conflicto, por lo que además, es mucho más económico que el proceso judicial”, aseguran.

¿Profesión de futuro?

En otros países el mediador es ya una profesión muy establecida y aunque aquí todavía es algo novedoso que no está en marcha, son varios los colectivos que están trabajando para sacarlo adelante, como el Comité de la Cámara de Comercio que aúna a ingenieros, arquitectos, economistas, abogados etc. “Consideramos que es beneficioso para la sociedad, ya que soluciona los conflictos y también crea empleo”, afirma Ocariz. Debido a las Tasas Judiciales y la crisis cada vez hay más gente que evita pasar por los juzgados, “por lo que esta sería una buena alternativa”.

Para poder trabajar como mediador la ley exige un curso formativo de 100 horas de duración, que se complementa con una parte teórica en la que se estudian las técnicas de comunicación y una parte práctica en la que se exponen situaciones que se pueden encontrar en la vida real, “se trata de ponerles en situaciones reales con casos difíciles, para que cuando estén frente al caso sepan manejar la situación”.

En cuanto al perfil del profesional, cualquier persona licenciada en el ámbito de la gestión de empresas puede dedicarse a ello, “si bien consideramos que sería conveniente que tuviesen unas facultades o habilidades innatas como empatía, neutralidad, buen comunicador, etc. Con el objetivo de ser un facilitador del acuerdo”, explica el presidente, y por supuesto, “confidencialidad, es imprescindible que dé seguridad a los implicados”.