Trabajar nuestra actitud. Hay días mejores y días… no tan mejores

Publicado el por N.B. / Meritxell Jiménez-Egizabal (autor)

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Varias cosas me han sucedido esta semana para que me anime a escribir este artículo.

Una de ellas fue en un taller que organice al equipo de  un supermercado sobre motivación y atención al cliente. En dicho taller hablamos sobre la importancia, la necesidad de llegar al trabajo motivados, dispuestos a dar el 100%  sobre todo con  nuestra alegría, nuestra sonrisa, con una ACTITUD POSITIVA.

En ese caso, es un equipo que sabe que son  y están muy orgullosos de ser un supermercado de barrio. Un supermercado que compite con las grandes superficies, con sus precios, ofertas, con la facilidad de aparcar en sus inmensos parkings con la diversidad de sus productos, de sus marcas y de su marketing entre otras muchas cosas a través de la diferenciación, con lo que esas grandes superficies no pueden ofrecer.

Saben las ventajas que pueden tener. Son un supermermercado cercano de trato personalizado. Su supermercado es un centro de encuentro para sus clientes. Las chicas que forman este equipo conocen el 70% del nombre y apellidos de sus clientes. Conocen las necesidades de sus clientes porque les escuchan con interés y respeto. Dan a cada cliente un poco de su tiempo. Han conseguido un grupo de clientes fieles que van a ese supermercado porque además de escucharles, les ayudan a realizar el proceso de compra desde que entran por la puerta hasta que salen por ella.

Un equipo que hace las cosas bien, trabajan bien, pero dispuesto a seguir mejorando cada día un poco más. Son conscientes de que la vida de su negocio va en ello, como la de otros muchos comercios de barrio.

Trabajamos todas, participaron todas y aprendimos todas (les doy las gracias desde aquí)

Y llego el momento de hablar de nuestras emociones, de cómo influyen en las actitudes, en las conductas de los compañeros. Contagiamos tanto las positivas como las negativas. ¿Por qué? Porque sincronizamos las expresiones faciales, los gestos, los movimientos en nuestro equipo. Por ejemplo, el sentido de humor entre compañeros favorece el trabajo en equipo. La risa es un componente para controlar el estrés y la ansiedad. ¿Y las negativas como la ira y la ansiedad?

Las emociones negativas más relevantes en el trabajo son el estrés, el síndrome del trabajador quemado y el cansancio. En este caso como he dicho era un equipo motivado e involucrado en su trabajo, por lo cual nos centramos en el cansancio.

Un cansancio provocado muchas veces por la dificultad de conciliar trabajo y familia. No es fácil, trabajar fuera y dentro de casa. Trabajo, obligaciones, responsabilidades y preocupaciones hacen que en alguna ocasión nos sintamos tan cansadas que no podemos ni levantarnos de la cama.

Y es verdad, ¿Y qué hacemos entonces? No somos máquinas, ni super héroes. ¿Cómo conseguimos tirar hacia adelante?

Creo, por mi experiencia, que es más fácil levantarte y ponerte a trabajar sin ganas  y poco a poco,  irán volviendo, que esperar a que tengas ganas y ponerte a trabajar porque a lo mejor tardan mucho en aparecer o no aparecen.

Tengo también claro que esta sensación no es algo que surja de forma improvisada de un día a otro, sino que es un proceso. Poco a poco, sin darnos cuenta nos hemos ido cansando. El día a día a veces nos puede, todo el día apagando fuegos y vamos aguantando, más y más, hasta que llega un momento que tocamos fondo y eso es algo que puede pasar pero que no podemos permitirlo. Ese cansancio puede provocar un stress en nosotros y luego en el resto del equipo o de nuestros familiares.  Algo que tenemos que trabajarlo desde el minuto cero.

La solución siempre está en nosotros mismos, pero voy a poneros unos consejos que yo me los voy a aplicar 

1.-EJERCICIO FISICO.

2.-DUERME MAS, SERAS MENOS SUCEPTIBLE A SITUACIONES NEGATIVAS

3.- DISFRUTA CON ALGO QUE REALMENTE TE GUSTE.

4.- AYUDA A LOS DEMAS Y DEJA QUE LOS DEMAS TE AYUDEN

5.- RENUNCIA A TU NECESIDAD DE CONTROL, DELEGA, NO QUIERAS LLEGAR A TODO

6.- RENUNCIA A LA CULPA. TODOS COMETES ERRORES, EN CASA, EN EL TRABAJO

7.- ABANDONA EL LUJO DE CRITICAR

8.- DISFRUTA DE TU VIDA, RIE, CANTA, VIVE

9.- PERDONA.

10.- AGRADECE 

Como siempre todo depende de nosotros. Es una lata, pero es así. 

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