¡Cuídate de los “idus de marzo”, Mariano!

Publicado el por N.B // REDACCIÓN (autor)

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A juzgar por como transcurre el mes de enero, parece que desde octubre se ha instalado en la piel de toro un otoño dulce que nos ha ahorrado los rigores del invierno. Salvo alguna anecdótica helada matutina e inmersión térmica y algún tenue copo, el frío no ha terminado de llegar. Tampoco se ha producido la gran nevada tras la cual esperar el deshielo. Como si la meteorología quisiera ser un trasunto de la situación del país, nos envía unas ráfagas de frío y enseguida nos devuelve un plácido sol que nos atempere y nos haga quitarnos la bufanda. El solsticio de diciembre ha traído un nuevo Gobierno y, con él, una subida del IRPF en todos los tramos (el tipo máximo pasa del 21 al 27%) y del impuesto de bienes inmuebles para que los ayuntamientos puedan tomar aire. Como era lo contrario de lo prometido, enseguida se ha pedido perdón, han echado la culpa a su predecesor y aclarado que es una medida temporal con carácter retroactivo. En el primer Consejo de Ministros, tras dejar pasar los Santos Inocentes, se fijó una moratoria de un año en la ley de dependencia, pero a cambio se revalorizaron las pensiones un 1%, cuando la inflación ha cerrado el año en el 2,4%.

Se ha encargado a sindicatos y patronales una reforma laboral a fondo pero, ante la esperada falta de acuerdo, se vuelve al: ¡Hala!,.. ¡Venga! Apurad las negociaciones, que todo esfuerzo será poco para salir de los 5 millones de parados. En el apoltronado sector energético parece que hay ganas de actuar con la decisión, fijar ubicación para el almacén nuclear y plantearse la vuelta atrás del cierre de Garoña, pero con la otra mano se le da una tenue prórroga a la esperada subida de la luz, ignorando el pertinaz y sangrante déficit de tarifa, sólo porque las nucleares y el carbón nos han brindado una energía menos costosa y también menos limpia. Que se apruebe la Ley Sinde, que se suprima el canon digital, que empiece a construir el ATC en un pequeño pueblo de Cuenca, que se congele el sueldo a los funcionario y se amplíe su jornada laboral, que se recorten 8.900 millones de gasto público... hacen patente que se toman medidas, pero inmediatamente surgen los atenuantes y correcciones. ¿Pero cómo? ¿No estaba claro que al paciente no le bastaba con aspirinas? ¿No hacía falta cirugía urgente? Debemos estar aún en el preoperatorio, revisando si el diagnóstico era el correcto. No se ha visto aún en España nada parecido a lo ocurrido en Grecia, donde se recortaron las pensiones un 20% o en Portugal, donde se confiscó una paga extra. Tampoco la Italia de Monti se libra de una subida del IVAal 23%, de un impuesto a la vivienda, o de una congelación de las pensiones superiores a 936 euros. También es verdad que, Zapatero ya había subido la edad de jubilación, congelado a los funcionarios, cambiado la Constitución para limitar el déficit y elevado el IVAdel 16 al 18%. No estamos convencidos de que haya finalizado el rosario de ajustes...

La única apuesta clarala reducción del déficit. La única medida claramente asumida e implantada en este primer mes de gobierno ha sido la apuesta por la reducción del déficit. Un control del gasto del que no se van a poder desmarcar las Comunidades Autónomas. Si bien, no habrá censura previa a los presupuestos autonómicos, sí se amenaza con serias intervenciones a quien haya que auxiliar por no cumplir con su compromiso de atajar el desajuste fiscal. Pero también aquí se han dado titubeos. El titular de Hacienda reconoció en “Financial Times Deuthland”, que sería difícil de cumplir y recibió la reprimenda de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría: “Tenemos la voluntad y la determinación de cumplir. No nos vamos a resignar”. “Habrá que hacer todos los esfuerzos y reformas necesarias”, dijo.

¿Será que lo peor está aún por llegar y aún nos esperan las nieves y los fríos? ¿Llegará la ansiada primavera y sus brotes verdes sin atravesar tales rigores? Algunos creen que el verdadero ajuste está por llegar; que será complicado evitar una nueva subida del IVA si las previsiones de contención del gasto y cumplimiento del límite de déficit no se cumplen. Parece que Mariano Rajoy se cuida de “los idus de marzo”, de los buenos augurios, hasta el momento en el se despeje la última cita electoral relevante: las autonómicas de Andalucía, antes de mostrar un perfil más severo. Se mantiene lacónico y, algunos le tachan ya de “esfinge” que calla su secreto, mientras sus lugartenientes intervienen y sondean la opinión pública sin un guión claro.

Sigue faltando partitura para la reanimación económica: De acuerdo, hemos calmado a los mercados, a la prima de riesgo, conseguimos mejor financiación gracias a la barra libre del BCE y vamos a mostrarnos más serios y comprometidos que nuestros vecinos mediterráneos en Europa,,, pero a la partitura aún le falta instrumentación para atacar el tema central: no se vislumbra cómo activar la economía. Sólo a base de ajustes, no se solucionan los problemas y, si se demoran más las medidas, se contraerá más la demanda; y eso, sólo es presagio de que entramos en recesión La economía sigue con algo peor que la atonía, vuelve a la tibieza de la indefinición. Ni frío, ni calor. Así el primer aviso lo dio el Banco Mundial al pronosticar para España un descenso del PIB de un 1,7 % y, el se- gundo pitido, algo más moderado, lo acaba de dar el Banco de España al pronosticar la contracción del PIB en 1,5%, como también van advirtiendo los departamentos de estudio de las principales entidades financieras.                                                                                                                                                                                                  Si, siguiendo con la meteorología, aplicamos el refrán que dice que “Hay que regar, cuando baja agua”, ¿para qué queremos el frío de los recortes, si no se traduce en nieve acumulada con la que regar economía cuando llegue el deshielo? Por otro lado, no nos podemos permitir el lujo de que, cuando esto ocurra, cuando lleguen las primeras lluvias y la primavera, no tengamos los campos preparados y sembrados. Es decir, tienen que haberse acometido las tres principales reformas estructurales que están en boca de todo el mundo: la reforma laboral, la del sistema financiero y la de las administraciones públicas. Además, habrá que activar determinados sectores que jueguen en ese momento el papel de locomotoras de los demás, sea el turismo, la exportación, la energía o las nuevas tecnologías. Ahí, no se pueden demorar las decisiones por un interés político partidario. La prueba “del nueve”, la vamos a tener estos días con la posición que el Gobierno adopte en torno a la reforma laboral. Si vuelven los paños calientes para no pifiarla en las elecciones andaluzas, podemos estar haciendo un pan como unas tortas y el horno no está para bollos ni bizcochos.

Ciertos síntomas esperanzadores: Llevamos cuatro años de descenso a los infiernos, sin que hayamos caído del todo en el fuego purificador. Aunque siempre se puede caer más bajo y la situación empeorar, debemos mantener el ánimo alto y apreciar ciertos síntomas esperanzadores de que, todo este tránsito, algo bueno dejará. En los últimos meses se han detectado, concretado y listado negro sobre blanco, toda una pléyade de despilfarros de tamaño aeroportuario que, supuestamente, no se volverán a cometer. Autores de dichos despilfarros faraónicos y operaciones del peor tufo, van desfilando por los juzgados de todo el país y, de momento, pagando su pena de telediario. Al menos en eso, se ve que, aunque lenta, la nave surca. Tampoco parece que al mando de la misma esté ahora un indolente como ese capitán Schettino que, cual muñeco de budú, acapara todas las agujas de nuestra indignación. Estaremos atentos a los próximos escollos y decisiones del capitán.