Aplicando la tecnología a la agricultura podremos salvar el mundo

Publicado el por JAVIER MARTÍN / LOOGIC (autor)

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El sistema alimentario es responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, y las dietas poco saludables, junto con el sobrepeso, se encuentran entre las principales causas de la mortalidad prematura. De esta forma tan impactante comienza el estudio publicado el 9 de febrero de 2016 por The Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America . Y ante esta situación tenemos dos opciones, continuar por el camino de autodestrucción, que muchos consideran como la principal posible causa de extinción de la raza humana en el futuro, o tomar las medidas necesarias para salvar el planeta y con ello también a nosotros mismos. Por suerte cada vez encontramos más personas que han decidido dedicar su vida a detener este deterioro del planeta, por un lado poniendo su grano de arena a nivel personal para la reducción de emisiones, con una actitud tan sencilla como la reducción del consumo de carne y el aumento del consumo de verduras; y por otro lado utilizando la tecnología para introducir cambios globales en los sectores agrícola y alimentario, que son una de las causas principales de este deterioro.

"No podemos seguir con el ritmo actual de consumo de recursos. Los políticos ignoran los problemas a largo plazo. Pero la naturaleza tiene límites y no podemos ignorar la posibilidad de que colapse si los sobrepasamos. La gente tiene que presionar a los políticos para evitar una catástrofe. Harald Rose, científico referente en microscopía electrónica"

La agricultura y la alimentación son sectores que deben mejorar muchísimo en los próximos años gracias a la tecnología, porque, hasta el momento, apenas se ha aplicado la tecnología digital para mejorar los procesos y la productividad de este sector. Sin embargo nos encontramos en un punto de inflexión, en el que, cada vez, existen más emprendedores que han puesto su vista en este reto, con el objetivo de que se vea tan beneficiado como lo están haciendo otros sectores como la industria, el transporte o el comercio.Para ser conscientes del impacto tan importante que va a suponer la tecnología en el mundo de la agricultura y la alimentación, recomendamos conocer la Open Agriculture Initiative que se desarrolla desde el MIT, liderada por Caleb Harper, un proyecto que aplica, a la producción de alimentos, muchas de las técnicas y tecnologías que se han desarrollado en los últimos años, con el objetivo de mejorar la situación del campo, de los agricultores y de los alimentos que consumimos a diario. Open Agriculture es una iniciativa con el objetivo de que cada vez haya más agricultores que se dediquen a la producción de alimentos. Para ello, están desarrollando las plataformas de hardware y software de código abierto que hacen posible el cultivo hidropónico controlado por sensores y los sistemas de agricultura aeropónica, a los que han denominado “Food Computers” y que proveerán de herramientas para que los usuarios puedan experimentar, innovar, crear, y crecer. Cada vez que los usuarios cultivan y cosechan, están contribuyendo a una biblioteca de recetas del clima que puede ser compartida, y se ajusta de manera que los usuarios de todo el mundo pueden tener acceso a los mejores y más frescos alimentos. OpenAg está desarrollando un ecosistema de código abierto que permite y promueve la transparencia, la experimentación en red, la educación, y la producción local. Su objetivo es crear sistemas sostenibles y compartidos, que rompan la barrera de entrada de acceso a la producción de alimentos y despierten el interés de la gente, para que se produzca conversación, y tal vez incluso una revolución sobre la manera de ver los alimentos.

Las últimas tendencias en el sector agrícola

La tecnología e Internet lo está cambiando todo, incluso a veces a un ritmo y de una forma tan radical, que nos cuesta llegar a asimilarlo. Pero la mente humana cada vez va asumiendo mejor estos cambios y también la sociedad se muestra más receptiva a ello. Por esto vamos a ser testigos de cómo en poco tiempo se introducen nuevos modelos en el mundo de la alimentación, que vienen propiciados por el uso de la tecnología en el campo y que seguramente cambiarán nuestros hábitos a nivel de alimentación, probablemente también con el objetivo de mejorar nuestra salud.

La aplicación de las ideas del movimiento Open Source aplicadas a la producción de alimentos es una de las que más impacto puede tener en los próximos años, como acabamos de ver a través de la iniciativa Open Agriculture del MIT. Igualmente la cultura hacker y el movimiento maker van a tener un papel fundamental de cara a definir cómo será el mundo agrícola y ganadero en el futuro. Un ejemplo muy llamativo de esta situación es la experiencia compartida por el granjero canadiense Matt Reimer que, utilizando software libre, con los conocimientos adquiridos en un curso gratuito sobre Python del MIT, ha modificado el software utilizado para controlar drones, lo ha adaptado a su tractor y ha logrado que éste pueda funcionar de forma autónoma. Se ha convertido en un pionero adaptando el software libre a la agricultura. Ante la necesidad de contar con maquinaria para cosechar sin conductor y viendo que la que existe en el mercado es muy cara y no puede ser controlada desde un ordenador convencional o smartphone, Matt Reimer se puso manos a la obra y ha marcado el camino para que otros muchos agricultores aprovechen la tecnología para darle un impulso a su trabajo y sus negocios.

Otra de las tendencias a tener en cuenta, como parte de lo que será el futuro del sector de la alimentación, es la fabricación de comida de forma sintética, lo que podríamos denominar como “agricultura de laboratorio”. Experiencias como la del científico Mark Post en su laboratorio de la Maastricht University, produciendo comida sintetizada a base del cultivo de células musculares provenientes de animales, son un buen ejemplo de los avances que vamos a presenciar en los próximos años. Su objetivo es llegar a producir carne que resulte más saludable que la que consumimos actualmente, gracias a que este nuevo tipo de carne cultivada se produce en entornos esterilizados, que evitan la contaminación de la comida con ciertas bacterias que pueden causar una intoxicación alimentaria. Además al producirse en condiciones esterilizadas no es necesario tratar la carne con antibióticos, otra ventaja sobre los animales que forman parte de la industria alimentaria. En las granjas convencionales los animales son tratados habitualmente con antibióticos para evitar que enfermen y ayudar a que crezcan más rápido. Debido a esta práctica están apareciendo bacterias resistentes a antibióticos, lo cual puede resultar peligroso para la salud de las personas. La carne cultivada en laboratorio tampoco necesita de las hormonas que se suministran a los animales para potenciar su crecimiento. Esta hormonación excesiva podría tener efectos cancerígenos para las personas, por eso está prohibido su uso en la Unión Europea, pero se sigue utilizando en otros países como Estados Unidos. Igualmente de la carne cultivada en laboratorio podrían eliminarse otras sustancias que pueden ser perjudiciales para las personas, como puede ser el hierro hemo, las grasas saturadas, que podrían ser reemplazadas por ácidos grasos omega 3.

Grandes problemas del planeta que están relacionados con la agricultura y la ganadería

La agricultura y la ganadería están ejerciendo un grave impacto en el planeta, como hemos comentado al comienzo de este artículo, es la culpable de una parte importante de los gases de efecto invernadero, lo cual es una de las causas más importantes del Calentamiento Global. Según el quinto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en 2014 los científicos estaban más del 95 % seguros de que la mayor parte del calentamiento global es causada por las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero y otras actividades humanas. Por lo tanto si queremos que esta situación cambie es urgente empezar a trabajar en el mundo agrícola y ganadero de cara a encontrar alternativas más sostenibles.

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