Las mujeres eligen en menos medida carreras relacionadas con las ciencias y las tecnologías, tienen menos presencia en ese mundo a nivel laboral, y las que sí se dedican a profesiones científico-tecnológicas, casi nunca ocupan cargos decisivos. Tal y como recoge la iniciativa Inspira, obviamente esto no se debe a que estén menos cualificadas o tengan menos vocación científica, sino a factores sociales, culturales y educativos. Desde pequeñas, las niñas ven en la sociedad estereotipos y roles de género que condicionan su futuro hacia ciertas profesiones, mientras que cuentan con pocos referentes femeninos que muestren las otras muchas posibilidades a las que pueden aspirar.

Con el objetivo de promover las vocaciones científicas entre las chicas, involucrando en el proceso a toda la sociedad, el proyecto Inspira presentó el 27 de noviembre el Manifiesto Inspira. El documento recoge una serie de acciones para romper con los estereotipos de género y llama a la participación de empresas, instituciones, colectivos y personas para conseguirlo. Entre las acciones a impulsar que recoge el manifiesto está la construcción de nuevos referentes de mujeres científicas y tecnológicas, la creación de contextos sociales y educativos que eliminen los estereotipos de género y el fomento de un sistema científico-tecnológico responsable y diverso. Hasta ahora, más de 80 entidades, colectivos y personas a título individual se han adherido al compromiso.

Inspira es un proyecto impulsado por la Universidad de Deusto que surgió en 2016 con el objetivo de fomentar las vocaciones STEAM entre las alumnas de Educación Primaria. Para ello, la iniciativa consiste en un programa de orientación donde mujeres científicas y tecnólogas participan como voluntarias, realizando sesiones de trabajo con las chicas en el aula. A lo largo de estos encuentros, las alumnas pueden descubrir las muchas profesiones ligadas a las ciencias, aclarar dudas y conocer nuevos referentes de científicas y tecnólogas.

Actualmente está en marcha la segunda edición del programa Inspira, en el que participan 104 mentoras voluntarias y 1.000 niñas procedentes de 44 centros educativos. El proyecto cuenta con la colaboración de Innobasque y Elhuyar Fundazioa, así como con el apoyo de las tres Diputaciones Forales y BBK.